domingo, 26 de octubre de 2008

Un avance para los siempre relegados


La semana pasada sucedió un hecho histórico en Bolivia. En La Paz, tras una caminata de una semana, agrupaciones afines al gobierno de Evo Morales realizaron una vigilia pacífica para demandar al Congreso la aprobación de la norma que viabilizara la consulta sobre la Carta Magna. Y lo consiguieron. La gran población relegada históricamente en ese país alcanzó uno de sus objetivos.
Minutos después, frente a la multitudinaria concentración en Plaza Murillo, en las inmediaciones del Parlamento, el propio presidente Morales promulgó ese sondeo para el 25 de enero de 2009. Además, destacó que el histórico paso pone fin a una práctica de gobiernos anteriores en los que las mayorías explotadas eran rehenes de las minorías.
Todo esto sucedió apenas unos dos meses después de que indígenas y campesinos recibieran ataques de los grupos de derecha santacruceños, que ven en el nuevo movimiento un peligro a sus privilegios.
El grado de fragmentación que aparece en esa sociedad es muy grande. Es una verdadera lucha racial. La gente blanca no duda en exponer expresiones xenófobas como que no es justo que los “gobiernen los indios”. Pero pareciera que esa ira fortaleció a los siempre olvidados, porque la gestión de Morales fue apoyada con el 67,4 por ciento de los votos en el referendo revocatorio de mandato popular, celebrado el pasado 10 de agosto.
Evo Morales tiene hoy la posibilidad de fortalecerse por el contexto mundial, puesto que la derecha, que antes embanderaba la libre empresa y el sistema capitalista, ha sufrido el revés de las quiebras de Wall Street. Ya no tiene argumentos para decir que hay que seguir las recetas del Fondo Monetario Internacional, pues todo el mundo sabe que esas recetas son parte del problema, no de la solución.
Puede que la nueva constitución no sea perfecta, pero ahora sí recoge, aunque sea algunas, de las aspiraciones de la mayoría de los bolivianos. Se espera que entre las concesiones que hizo el gobierno no haya ninguna a los latifundistas. El latifundismo debe ser erradicado, es una lacra feudal que debería pertenecer al pasado. Es además inmoral acaparar tierras para especular con ellas cuando en Bolivia tantos campesinos pobres carecen de un espacio para cultivar lo que necesitan para alimentarse. Pero es sabido que en esta nueva Constitución se respeta la iniciativa privada, con lo que no sale del capitalismo. El cambio no va de fondo pero favorece la situación de los más necesitados.

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